Dios de la creación y sabiduría. Sus seguidores dominan la estrategia y el conocimiento.
Protector del universo. Su poder se manifiesta en la justicia y el valor en batalla.
Destructor y renovador. De su caos surge el renacimiento y la fuerza sin límites.
Un coloso en el campo de batalla, el Naga empuña lanzas y hachas con una fuerza inigualable. Capaz de absorber el daño como un tanque impenetrable o desatar una furia imparable, su presencia es sinónimo de devastación.
Elegante y letal, la Kimnara es la versión femenina del Naga. Con su dominio sobre lanzas y hachas, puede proteger a sus aliados o destruir a sus enemigos con igual destreza.
Ágil y enigmático, el Asura es un guerrero que domina el arte de las dagas, espadas y arcos. Como espadachín o arquero, sus rápidos ataques y movimientos sigilosos lo convierten en una amenaza mortal.
La Rakshasa, la versión femenina del Asura, combina agilidad y precisión. Con su habilidad en el uso de dagas, espadas y arcos, puede desatar un torrente de ataques devastadores.
El Yaksa es un maestro de las artes marciales que combina fuerza y técnica. Como atacante, utiliza garras para desgarrar a sus oponentes, mientras que como sanador, puede curar y revivir a los caídos en combate.
La Gandarva, la contraparte femenina del Yaksa, brilla tanto en el combate cuerpo a cuerpo como en la sanación. Con garras afiladas, puede abatir a sus enemigos o restaurar la vitalidad de sus aliados.
El mago más pequeño y delgado, versátil en ataque y defensa. Usa bastones para lanzar poderosos hechizos o invoca criaturas mágicas para la batalla.
La versión femenina del Deva, igual de poderosa y versátil. Utiliza bastones y hechizos para atacar o invocar criaturas que le asisten en combate.